El edificio donde se emplaza la vivienda fue construido entre los años 1977 y 1979 y es obra del arquitecto Emili Donato. En el proyecto procuramos mantener conceptualmente la distribución original, que seguía siendo válida en muchos aspectos, cambiando de ubicación la cocina, que en las últimas décadas ha pasado de ser un espacio servidor a ser actualmente un espacio principal en la mayoría de hogares.

La gran incorporación formal a la vivienda es el mueble corner, que sirve de bisagra entre las áreas comunes del piso (recibidor, salón y cocina) y el pasillo a las habitaciones. Este elemento con tres caras tiene tres funciones diferenciadas por cada lado. Visto desde la entrada del piso, el uso principal del corner, es un banco con una zona de perchas y estantes abiertos, que funciona como mueble de recibidor. Por el lado de la sala es un armario despensa, que da servicio a la cocina abierta. Y por el lado del pasillo, es un armario zapatero, que permite que nos descalcemos nada más entrar en el piso. Por este lado el mueble se alarga en un estante de madera extendiendo su presencia a toda la vivienda.



La cocina tiene un gran protagonismo aquí. Se distribuye en forma de L con muebles altos lacados blancos (columna de horno/microondas, armario de limpieza y despensa) y muebles bajos caceroleros en madera. En el centro de esta L una isla central es el centro neurálgico de relación de la familia y un espacio multifuncional dónde cocinar, comer, estudiar o tomar una copa de vino al final del día.

Se tomaron varias decisiones para integrar formalmente la cocina al salón: Por un lado se prescinde de muebles de pared tan característicos de las cocina y solamente se dispone una estantería de madera con luz led. Se prescinde también de cerámica y en la pared se coloca un papel mural decorativo. Por último, aprovechando los últimos avances tecnológicos, liberamos la encimera de la isla ubicando una placa de inducción bajo el porcelánico (cooking Surface) con lo cual la inducción pasa a ser invisible y la superficie de trabajo mucho más versátil.

En cuanto a los materiales buscábamos aportar un aspecto muy natural y honesto a la atmosfera del piso. El mueble córner es de madera de fresno natural, así como los muebles bajos y la isla de la cocina. En armonía con los muebles de fresno el pavimento es un parquet de madera natural trilama en el mismo tono. En la zona de la cocina, para distinguir su uso sin comprometer la versatilidad del espacio, el pavimento cambia a unas piezas de porcelánico con diseño de terrazo en tonos claros con toques verdosos, como giño al pavimento original de terrazo.

Se han conservado las ventanas de madera originales restaurándolas y esmaltándolas en el interior en color blanco y sustituyendo los cristales por cristales con cámara.


El toque de color y contraste lo encontramos en la cerámica de los baños y otros elementos cómo la puerta cristalera al final del pasillo y los radiadores altos.

Todo el apartamento está tratado con tonos blancos, madera de fresno y color verde-gris. Todo ello contrasta con los intensos colores burdeos y de las piezas cerámicas de las terrazas y fachadas del edificio creando un refugio para esta familia y un diálogo entre interior y exterior. El resultado de la reforma es una vivienda que satisface las necesidades funcionales de los nuevos propietarios a la vez que muestra con orgullo la estructura original de este edificio singular.


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